lunes, 18 de enero de 2021

Druk (Another Round, 2020) - Reseña

Cartel de la película Another Round

La más reciente película de Thomas Vinterberg, cuenta la historia de cuatro profesores suecos en plena crisis de la mediana edad, quienes a falta de vitalidad proponen un experimento para mejorar su vida social y laboral; tomando como referencia la teoría de un famoso psiquiatra de su país, la cual dice que el ser humano debería mantener un nivel de alcohol de 0.05%, entonces se dan a la tarea de llevar el experimento de primera mano. Así comienza el arco del protagonista, Martin, interpretado por el famoso Mads Mikkelsen a quien ya vimos en The Hunt, otro film de Vinterberg; Martin cambia su forma de socializar y cada vez se sume más en la bebida hasta que llega a un punto de quiebre.

Para mí, este film no llega a estar al nivel de de La Caza (2012) donde también actuó Mikkelsen, que es de lo más representativo de su filmografía al igual que La Celebración (1998), o Submarine (2010). En esta ocasión nos presenta el encierro de los personajes en su cabeza, están tan enfrascados en su vida monótona  que buscan un escape a esa realidad de la que parece ya no quieren seguir viviendo. Aunque son cuatro personajes principales la línea mejor desarrollada es la de Martin, la cual nos muestra al personaje de joven, para luego pasar a su estadio de estancamiento y luego la subida meteórica y posterior caída. A pesar de ser casi una apología al alcoholismo al final tiende un poco a la lección moral de, si eres alcohólico puedes perder todo; que tampoco es lo que uno espera de una película. 


En cuanto a fotografía aun quedan reminiscencias del Dogma ´95, vemos una cámara sobria y casi estática en las escenas donde no están ebrios; luego, cuando ya están a plena embriaguez esos movimientos de cámara en mano nos recuerda a sus inicios con La Celebración. La fotografía es parte esencial de la narrativa del filme, pues a través de ella nos sumerge al estado emocional de los personajes. Otra parte que ayuda y esta en su punto, es la música; sobre todo si tenemos en cuenta que el personaje del profesor de música les pone música y Martin es bailarín de jazz. Dos de los puntos claves de la historia tienen la banda sonora en primer plano.


Ls historia es un poco anecdótica y siento que el personaje protagonista se roba la escena y mientras sigue la película, los otros tres personajes se van desdibujando un poco. Y aun que muchos se emocionaron con la escena de la coreografía, a mi no me causó mucha sorpresa, era una cosa esperada y un poco predecible, aunque sí fue una bocanada ver esa escena, con todo lo que conllevaba la historia.


Es una película sueca y que se necesita en el panorama atascado de puras gringadas. Si tiene la oportunidad de verla tener que hacerlo.




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